05/11/2013 JORGE MUÑOZ | diariodesevilla.es
La Fiscalía de Sevilla imputó este lunes formalmente dos delitos de asesinato, con la circunstancia agravante de parentesco, a Sara López Hernández, la parricida de Pilas que presuntamente asesinó a sus dos bebés, que fueron hallados en sendos congeladores de su vivienda. La defensa de la madre, por su parte, reclamó el archivo de la causa, según explicaron este lunes a este periódico fuentes del caso.
Recientemente, el juez de Sanlúcar la Mayor que instruye el caso dictó un auto en el que puso fin a la instrucción de la causa y acordó que el caso sea enjuiciado ante un jurado popular. El magistrado convocó este lunes a la acusada, a la Fiscalía y a la defensa a una audiencia preliminar que establece la ley del jurado para concretar la imputación y los hechos que se atribuyen a la acusada.
La Fiscalía atribuyó a la madre dos delitos de asesinato en los que concurre la circunstancia agravante de parentesco, lo que puede provocar que la parricida se enfrente hasta una posible condena de 40 años de cárcel, la misma pena que en julio pasado se impuso a José Bretón, el padre de los dos menores asesinados en Córdoba, tras haber sido hallado culpable por un jurado popular.
La acusada no llegó a declarar en el transcurso de la vista celebrada este lunes, aunque su abogado defensor sí reclamó el archivo de la causa al considerar que no se le pueden atribuir ningún delito a la madre.
A lo largo de la investigación de este caso, los dos médicos forenses del Instituto de Medicina Legal (IML) que examinaron los cuerpos de los bebés han confirmado que el primer bebé, cuyo cadáver fue hallado el 9 de noviembre de 2012, murió asfixiado y apuntaron que el fallecimiento se produjo, en una alta probabilidad, por ahogamiento, lo que concuerda con la declaración de la madre, quien en su día reconoció que había dado a luz en la bañera de su domicilio.
Respecto al segundo bebé, cuyo cuerpo fue localizado el 27 de noviembre, los forenses consideran que en este caso la muerte también se produjo por "asfixia mecánica", si bien debido al grave deterioro del cuerpo no se puede precisar si la muerte se debió a la inmersión del bebé, como sucedió con el otro pequeño.
La parricida reconoció en su declaración en el juzgado que ocultó los dos embarazos a todo su entorno, incluso a sus compañeras de trabajo ante las que se cambiaba de ropa, y dijo que "nadie" le asistió en los partos ni le ayudó. Sara López afirmó que "temía la reacción del entorno" de su marido ante el primer embarazo, que según dijo tuvo lugar el 24 de junio de 2011 -esta fecha no puede corroborarse científicamente-, y justificó que ocultara el cuerpo en el congelador porque "no quería desprenderse de él ni olvidarlo" y porque no le parecía bien "tirarlo a un contenedor". La imputada también alegó que el bebé nació muerto, porque "ni lloraba ni respiraba".
Del segundo embarazo, el que se produjo varios meses antes del acaecido el 24 de junio de 2011 -según las afirmaciones de la parricida-, no recuerda ni siquiera que estuviera encinta. La acusada, que tiene otros dos niños de 11 y 14 años, dio a luz a otro bebé, en este caso una niña, tras ser encarcelada.