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Artículo de Pedro Catalán Catalán | En estos tiempos que corren parece ser que nosotros los adultos no queremos ver más allá de lo que nos interesa.  Esto sucede muy a menudo con los hijos con respecto a las drogas.
La mayor parte de las veces estamos tan metidos en nuestros quehaceres diarios que, o no nos damos
cuenta o no queremos ver lo que es la realidad, una realidad bastante más cruda para los jóvenes de lo que en un principio queremos pensar. Mantenemos el discurso ante los jóvenes de que lo tienen todo muy fácil. Y puede que estemos en lo cierto, es innegable que algunas cosas a las que hoy en día tenemos acceso fácilmente como son la educación el ocio o el acceso a la información son bastante beneficiosas para todos.

Pero no es menos cierto que las otras cosas a las que muchas veces cerramos los ojos no son tan beneficiosas. El acceso a la cocaína, el hachís, la marihuana o las drogas de diseño nunca fue tan fácil como hasta ahora.

En cualquier momento del día y sobre todo de la noche cualquiera de nuestros jóvenes puede comprar cualquier clase de drogas ya sean de las legales o de las ilegales. Como suele comentar una madre que después de luchar durante años contra esta enfermedad para sacar a sus dos hijos, "cómo se imaginan ustedes que nuestros hijos no vayan a caer en las drogas, si hay más puestos de drogas que de castañas".

En cualquier lugar de cualquier pueblo nos encontramos puntos de venta de drogas y de alcohol Que los adultos cerremos los ojos mientras en cualquiera de nuestros pueblos cualquier persona. ya sea joven o no. tenga un acceso fácil y rápido a cualquier clase de drogas puede pasar. porque a fin de cuentas. no es a nosotros a quien compete eliminar este problema.

 Pero lo que no podemos ni debemos dejar pasar es que una vez que vemos y nos damos cuenta que
nuestros hijos están metidos hasta el fondo cerremos los ojos, ya sea por hipocresía o quizás por no querer enfrentarnos con la realidad.

Nosotros somos un conjunto de enfermos y de familiares que conformamos ARPIAL de Pilas, nos enfrentamos a esta enfermedad día a día sin tabúes de ninguna clase, con la cabeza bien alta, a fin de
cuentas a las únicas personas que hemos hecho daño es a nosotros mismos y a nuestros familiares. Esta enfermedad una vez se ha contraído es tan digna como cualquier otra y merece el mismo respeto y cuidados por parte de nuestros familiares y de la sociedad como cualquier otra.

A estas alturas sería de retrógrados pensar que una enfermedad como es el cáncer, el sida o cualquier otra se contrae por que se quiere, pues con esta pasa exactamente lo mismo. Si no, preguntad a cualquiera si desea estar enfermo. A nadie que yo conozca le gusta. Esta enfermedad además de dañarnos física y psíquicamente nos daña en una de las cosas más importantes que tiene el ser humano, que es la dignidad y la libertad.

Cuando se sale de ella se recuperan y os lo puedo asegurar no hay nada más bello que poder decidir
por ti mismo.

A.R.P.I.A.L               Ver Información sobre Arpial AQUÍ
 
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