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Buen empate, que sabe mal (2-2)
Los jugadores pileños se abrazan celebrando el primer gol, conseguido por Sergio
¿Cómo es posible que el titular de una crónica afirme que un resultado es bueno y a la vez que sabe mal? A lo largo de la misma intentaremos explicarlo, aunque los muchos aficionados pileños que presenciaron el partido, seguro que lo entienden perfectamente.
Antes de entrar a analizar lo ocurrido en el terreno de juego, es obligado hacer algunas consideraciones sobre el público que asiste a ver los partidos en Albaida. En primer lugar, hay que felicitarlo por la cantidad de gente que se acerca al municipal San Sebastián a animar a su equipo, algo, sin duda, envidiable. Seguro que han ganado muchos puntos para los suyos a lo largo de la temporada. Pero, por otra parte, también hay que afirmar que hemos visto a un sector del mismo que, seguramente, es el más sucio, más antideportivo y más agresivo que puede uno encontrarse en esta categoría. Nos duele tener que decir esto, porque las relaciones entre la U.D. Pilas y la localidad de Albaida han sido siempre muy cordiales y muy estrechas. Aquí jugó el mítico Antonio Cotorra, ídolo de la afición pileña, a las órdenes de Antonio Muñoz, el entrenador que nos subió desde la Primera Regional hasta la Tercera División. También lo han hecho Cotorra (hijo), el meta Juan Carlos, Bau, Ismael, Migue... Pero, desgraciadamente, nos vemos obligados a denunciar esta actitud, sobre todo de un grupo de muchachos que, en evidente estado de embriaguez, han estado durante todo el partido arrojando objetos, escupiendo e insultando a los miembros del banquillo pileño, y también a los aficionados, provocando constantes broncas y conatos de peleas. Incluso algunos miembros del banquillo del Albaida tuvieron que salir a pedir a estos gamberros que dejaran de comportarse de forma tan vergonzosa, gesto que desde aquí aplaudimos. Del mismo modo, denunciamos la actuación de la Guardia Civil, que, tras ser llamada para intentar evitar males mayores, hizo acto de presencia en el descanso, volviendo a marcharse del estadio cuando comenzó la segunda parte.Este violento ambiente se dejó sentir, sin duda, en la labor del colegiado Márquez Martín, que perpetró un arbitraje lamentable. Desde el pitido inicial, se dedicó a señalar constantes faltas en contra de la U.D. Pilas cada vez que se producía el más mínimo contacto. El Albaida, de esta manera, disfrutó de un sinfín de lanzamientos de falta, que no aprovechó porque Bau parecía tener desviado el punto de mira. Además, cargó a Zayas y a José Alberto con sendas cartulinas amarillas, totalmente injustas. Y para colmo de males, en un balón en profundidad, en el que Migue se encontraba en claro fuera de juego, salió Villarán a blocar el balón, pero, con el impulso de la carrera, pisó fuera del área, castigándolo el colegiado con la cartulina roja ... LEER MÁS